Ruta por los vinos de Rioja

La Rioja .- La ruta del vino

La ruta la hemos dividido en 4 etápas

  • De Logroño a La Guardia
  • De Laguardia a San Vicente Sonsierra
  • De  SanVicente Sonsierra a Haro
  • De  Haro a Briones

 

Iniciamos la ruta en Logroño, con la intención de hacer un breve recorrido por las zonas vinícolas y visitar alguna bodega, parando a comer en una de ellas.

La ruta planteada arranca en Logroño, pasando por El Ciego, donde visitaremos la Bodega de Marqués de Riscal, realizada en una estructura de titanio, al igual que el Guggenheim de Bilbao, para ir seguidamente a la Población de Laguardia, Bodega Ysios (diseñada por Calatrava), Bodega Hermanos Peciña en San Vicente Sonsierra, donde visitaremos la bodega y comeremos allí, para posteriormente y en dirección a La Bastida llegaremos a Haro, y vuelta a Logroño pasando por el pueblo medieval de Briones.

 

I.- Logroño – Laguardia

 Logroño a El Ciego.

Iniciamos nuestra ruta del vino saliendo de logroño N 232.- Primera parada, El Ciego.

Por el camino vamos viendo cantidad de fincas con, como era de esperar, grandes cultivos de viñas. Por eso estamos en la Rioja.

Tras subir una pequeña loma, divisamos a lo lejos la silueta de la Iglesia del pueblo del Ciego, acabamos de entrar en la provincia de Alava.

En la entrada del pueblo, en una inmensa finca de viñedos, nos deslumbran los reflejos del sol sobre una construcción de titanio, que adquiere un cierto tono rosa.- Hemos llegado a la bodega de Marqués de Riscal.

 

El edificio principal, donde se sitúa el hotel, fue construido por Frank O. Gehry con una estructura similar al Guggenheim de Bilbao, es decir, usando como elemento constructivo el titanio, pero en este caso, utilizando el color rosa y plata para recordar al vino.

El acceso desde el aparcamiento nos lleva por un jardín muy cuidado hasta acceder a la entrada principal, que se entra por la tienda. El acceso al hotel está vedado a curiosos, para no molestar a los huéspedes, salvo, que en la propia tienda se solicite la visita (pasar por caja).

Accedemos a la entrada principal del hotel dejando a nuestra derecha un inmenso campo de viñedos.

El Hotel, con una estructura que se asemeja a las olas del mar en un día de tempestad, es impresionante. El sol se refleja sobre los paneles de titanio arrancando un colorido rosa.

Desde la terraza de la cafetería se tiene una vista inmejorable de la población de El Ciego, con su Iglesia medieval sobresaliendo por encima de todo.

Recomendación:

¡Visitar la Rioja sin parar en esta bodega es una pena!

Tras tomar un breve tentempie en la cafetería, dejamos la bodega y volvemos a la carretera con dirección a Laguardia.

El Ciego –Laguardia

Salimos de El Ciego, y por la A3216 nos dirigimos a nuestra segunda etapa, Laguardia.- Son 5 km de carretera comarcal, donde vamos atravesando bodega, tras bodega. Eso si, todas con diseño, que se alejan de la imagen tradicional de la Bodega como un lugar lúgubre y oscuro, en cuevas húmedas  en la tierra. Se nota que la cultura del vino ha creado una nueva forma de turismo, el “Enoturismo”, que  está en auge.

La entrada en Laguardia no puede ser más bonita.- Se trata de una ciudad amurallada, construida por el rey Sancho el Fuerte de Navarra y que se conserva en un estado extraordinario.

Las calles, peatonales, mantienen su sabor medieval y es digno de visitar, al menos desde el exterior, los magníficos accesos que presentan las casas del pueblo con sus atrios de entrada y escaleras. Solo hay algunas “chapuzas”, que no se entiende como se han permitido; En algunas casas que se ha sustituido la tradicional puerta de madera por puertas de aluminio o puertas nuevas excesivamente barnizadas, pero estos son los menos. El resto está perfectamente restaurado.

A parte de la Muralla, hay que visitar la Plaza del Ayuntamiento, La Torre Abacial, la Plaza Mayor y la Iglesia de Santa Maria de los Reyes. A parte, hay que dar un  paseo por la ciudad, cada lugar tiene su encanto, y asomarse a las murallas para observar, desde lo alto la Comarca.

Solo una breve referencia, que considero muy interesante. Es conveniente coger un guía para la visita a Santa Maria de los Reyes. Esta Iglesia, a nivel arquitectónico es muy interesante, ya que la construcción de la cúpula está soportada sobre una estructura, que puede ser única en el mundo, y que, incluso hablando con amigos arquitectos, se sorprenden de la forma en la que la estructura soporta el peso. Asi mismo, la portada de piedra policromada, es la única en España que mantiene los colores originales, tal como fueron concebidos, y ello es debido a que la portada, siempre ha estado protegida de las inclemencias del tiempo por un pequeño atrio cerrado.

Terminamos la visita de Laguardia y pasamos a la parte II

 

2ª parte .- De Laguardia a San Vicente Sonsierra

Iniciamos esta segunda parte de la ruta siguiendo la carretera A3214.- El camino, ligeramente más largo que seguir por la A124 pero es un paseo más agradable.

 Laguardia a la Bodega Ysios.

Salimos de la ciudad por una de las puertas de la muralla. Lo bueno de estas etapas es que las distancias entre unas y otras no son muy largas, por lo que el cuerpo lo agradece.

Nada más salir de Laguardia y en dirección Haro, prácticamente a la salida de la ciudad pasamos por la Bodega Ysios.

Esta bodega, construida por Calatrava presenta una estructura de ondas, que recuerda algo a la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Además la estructura del tejado parece como si estuviera pixelado.

Hacemos una breve visita por el exterior de la edificación para seguir trayecto por otras bodegas.

Bodega Ysios a San Vicente de la Sonsierra.

El camino de Ysios a San Vicente de la Sonsierra, de unos 20 km, trascurre entre viñedos y bodegas hasta que llegamos a la localidad de San Vicente de la Sonsierra.

En la carretera de circunvalación del pueblo nos aparece un pequeño edificio con el cartel de Bodegas Peciña.

Esta bodega, como casi todas de la Rioja, son visitables previa reserva. En nuestro caso, hemos reservado  visita a la Bodega con comida.

Nos recibe la relaciones pública de la bodega y nos indica que mientras esperamos a la vista, pasemos al bar a un aperitivo.

¡Esto no es un aperitivo, es una comida completa¡.- Hay tortilla, toda clase de ibéricos, quesos, etc , todo ello regado con un rioja crianza exquisito. Por nuestra parte ya hemos comido, estamos listos para  la visita a la bodega.

La chica, encantadora, nos da un paseo por la bodega explicando detalladamente cómo se elabora el vino desde la vid, pasando por las tolvas hasta llegar a las cubas.

¡Por fin aprendo la diferencia entre reposar en barril de roble francés o canadiense¡ y la diferencia entre crianza y reserva.

Tras la visita, … sorpresa…, nos pasan al comedor….. Pero aún hay más??.

De primero Menestra de verduras… probablemente la mejor que he comido nunca, y de segundo cordero, …. Todo ello regado con los diferentes tipos de vinos de la bodega, crianza, reserva y Gran reserva Chobeo….

No sé si queda hueco para el postre.

Agradecemos la visita y la comida y pasamos por la tienda, quien más quien menos compra algunas botellas de Rioja Señorío de Peciña (crianza), o el Gran reserva denominado Chobeo y algunos productos de la tierra (pimientos etc,).

Por cierto, nos dicen que ellos solo venden bajo pedido y sus productos no se pueden encontrar en las tiendas.

La visita, amén de instructiva, ha sido una pasada.

Precaución, antes de coger los vehículos, estar seguros de que estamos en condiciones…. Alguno ya hace el comentario de que la Guardia Civil de la zona se va a poner las botas con nosotros….

Dejamos para la tarde la visita a Haro y a Briones.

3ª parte .- De  SanVicente Sonsierra a Haro

Después de la opipara comida/visita a la bodega, volvemos a los coches, no sin antes comprobar que estamos en condiciones…. ¡No hay que jugársela

Tomamos la N232a con dirección a la Bastida., son 12 km de carretera de doble dirección, bastante buena, así que es un trayecto cortito.

La Bastida, pueblo de unos 1.200 habitantes, se puede recorrer bastante rápido, A pesar de su origen medieval, a mi modo de ver, poco que visitar, La Iglesia del la Asunción, la Plaza del Ayuntamiento y poco mas; Así que, atravesamos el pueblo, y por la LR 212, nos dirigimos a la ciudad de Haro.

Haro es considerada la cabecera de la Rioja Alta, y su principal actividad es la viticultura. Los edificios, donde abundan las casas blasonadas, dado que en el pasado esta villa era residencia de nobles dependientes de los Reyes de Castilla, como los Condes de Alburquerque, Condes de Velasco.

Tras circular un poco por el casco urbano para ver la ciudad, decidimos aparcar cerca de la Plaza Mayor para tomar un café y ver los edificios más de cerca.

Llama la atención lo rehabilitado que está el casco urbano, y la limpieza de los edificios, ¡somos conscientes de lo rica que es esta zona, probablemente gracias al vino, por el buen estado de todos los edificios y por las sensaciones que se perciben¡.

A destacar, la Iglesia parroquial, la Plaza Mayor, el Conservatorio, y cualquier esquina de la ciudad, que no tiene desperdicio.

Sencillamente, “una belleza de ciudad”

También destacar el gran número de bares de vinos que hay en cada esquina, no obstante, esta es su mejor industria.

Tras descansar un rato, en la Plaza Mayor, emprendemos el regreso,… que se nos hace tarde.

 

4ª parte .- De  Haro a Briones

Visto Haro, lo cual es mucho decir, ya que esta ciudad merece mucho más que un par de horas, salimos con destino a Briones.

Para ello, nos dirigimos por la N232 en dirección SE (Sierra Echo en terminología aeronaútica) y tras un breve paseo de 11 km (no es mucho) llegaremos a Briones.

¡Atención; Briones es una ciudad medieval sobre una colina con muchísimo encanto, pero si el viaje se hace coincidir con la fiesta medieval, segunda semana de junio, será un recuerdo imborrable.¡  En la fiesta medieval, todo el pueblo retrocede 500 años para representar la forma de vida en esos tiempos.

Dicho esto, seguimos por el camino, está atardeciendo, pero se agradece que en junio oscurezca tan tarde, lo que nos permite que, tras una curva, vemos aparecer una loma en la que se destaca la Torre de la Iglesia reflejando el color dorado del sol de atardecer.- Bonita estampa.

Toda la ciudad está cortada al tráfico, por la fiesta, por lo que dejamos los coches y comenzamos una larga y empinada subida de calles y de escaleras interminables, hasta llegar a la cima de la colina. A lo largo de estrechas callejuelas, y siguiendo a la multitud llegamos a la plaza Mayor, destacando la Iglesia de la Asunción, es curioso la cantidad de Iglesias de esta zona con esa misma advocación, de gótico isablelino, domina completamente la explanada.

La plaza, se asemeja en este momento, a un auténtico centro de negocios medieval. Todo lleno de carpas ofreciendote artesanía o simplemente comida (buenísimos los montados de chorizo de olla con cerveza en jarra de barro)…. Hemos comido como fieras en la visita a la bodega, pero quien se resiste a esta pequeña tentación.

Nos encontramos,  a un coro medieval entonando melodias de la época…, un cetrero haciendo una exhibición con un buitre, el boticario, con su botica de época y así mil oficios mas.

Aprovechamos para visitar la Iglesia… magnífico órgano, y a seguir viendo el pueblo.

Por las calles aledañas, el espectáculo sigue activo, el herrero atizando su fogón y fabricando cotas de malla, por cierto, muy pesadas, el panadero moliendo pan, las monjas repartiendo alimentos entre los vagabundos, etc.

Nos sorprende la guardia del castillo haciendo una redada en busca de ladrones.  No se si vamos a salir vivos de aquí o la Inquisición nos va a quemar por herejes… Tiempo dirá…

En la explanada de la muralla oeste, hay un torneo.. Se enfrentan dos caballeros,  por el honor de alguna  dama desvalida, pero la justa acaba sin sangre.

El ambiente es bárbaro, supongo que en un día normal la ciudad seguirá teniendo su encanto pero es recomendable hacer coincidir la visita con esta fiesta.  Hemos tenido mucha suerte.

Bajamos, esta vez es más fácil, la colina, en busca de los coches, y tomamos el camino de regreso a Logroño.  Ha sido un día intenso.

Total.- se han realizado unos 111 km, visitado 5 lugares y bodegas varias, comido y bebido, sobre todo lo primero en exceso, y disfrutado como locos de una zona maravillosa.