Castillos de Castilla- León. De Peñafiel a Coca

Castillos de Castilla-León

 

En los términos de León, Valladolid y Segovia, nos encontramos con bastantes castillos, algunos muy bien conservados que pueden ser visitados muy facilmente, dada la cercanía de unos con otros.

En esta ruta nos encontramos con un territorio en el que en apenas 40 a 60 km podemos encontrarnos con una serie de castillos en muy buen estado de conservación. Así, podemos recomendar, además de la visita al castillo de Peñafiel, los castillos de  Cuellar, Portillo, Iscar y Coca.

Y además de visitar estas imponentes fortalezas, podemos, por ejemplo, degustar una cerveza de producción artesanal en la taberna «La Loca Juana», que se encuentra ubicada en el patio de armas del castillo de Iscar.

Iniciamos este artículo con la visita al sitio de Peñafiel.

 

PEÑAFIEL.

Nos encontramos en la cuna del Ribera del Duero, donde se encuentra el Consejo Regulador de la denominación de origen que data de 1982.

En el castillo, que se asemeja a un gran barco varado en la montaña, tiene su sede el museo provincial de los vinos Ribera de Duero.

En la base de la montaña sobre la que se asienta el castillo se observan cantidad de chimeneas o respiradores, que, a modo de bosque de columnas, señalan la gran cantidad de bodegas particulares donde cada uno produce sus propios caldos.

En la falda Este de la montaña, destaca la gran estructura de la bodega Protos, que a semejanza de la Rioja, cuyo artículo está publicado también en esta web, está procediendo a renovar sus instalaciones, contratando a prestigiosos arquitectos para edificar bodegas de diseño destinadas al turismo. En este caso, la ampliación de la bodega Protos, ha sido encargada al arquitecto Richard Rogers, autor de la terminal 4 del aeropuerto de Madrid Barajas; La verdad es que desde las almenas del castillo la estructura, a vista de pájaro, recuerda las cubiertas onduladas de la terminal.

Esta visita la dividiremos en dos; Primero situar el entorno con su castillo, para en un segundo momento visitar una de las bodegas asentadas en la ciudad.- Nos referimos a la Bodega Pesquera.

 

Peñafiel y su castillo.

La ciudad de Peñafiel está muy ligada al castillo, por lo que lo mejor es comenzar hablando de su historia.

La historia de la villa se remonta a la última parte de siglo X cuando Almanzor conquista la villa y establece una cabeza de puente para seguir sus conquistas hasta Santiago de Compostela.

Mas adelante, el conde castellano, Sancho García, reconquista la plaza y la dota de los fueros, allá por el año 1013, por lo que en el año 2013 se celebraron los 1000 años de los fueros de Peñafiel.

Sancho García cambia la denominación de la villa por la de Penna Fidelis, quedando por tanto en su denominación definitiva de Peñafiel.

Recordar la frase del Conde en la que dice “esta será la peña mas fiel de Castilla”

El conde Sancho García procedió a reconstruir el pequeño castillo de madera, y la convierte en una plaza fuerte avanzada contra Al Andalus.

En 1282, con la llegada del Infante D. Juan Manuel (autor del Conde Lucanor), y su elección de Peñafiel como lugar de residencia, se procedió a reconstruir el castillo, esta vez en piedra, aunque de dimensiones inferiores a las actuales.

Ya en época de Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica, se declaró un proceso de rebeldía controlado por el Infante D. Pedro de Aragón. Esto hizo que Juan II, tras un asedio de tres horas, tomara el castillo y procediera a su demolición, piedra a piedra, ordenando que nunca se volviera a edificar el Castillo.

No obstante lo anterior, en 1456 D. Pedro de Girón, Gran Maestre de la Orden de Calatrava, procedió a reedificar el castillo ya con la distribución actual. Sobre los muros del Castillo se conservan los escudos de armas de la familia Girón.

Cabe señalar que en 1492 finaliza la reconquista, por lo que acaban las guerras interiores, por lo que este castillo nunca ha llegado a sufrir asedios de importancia, llegando hasta nuestros días sin que haya sido necesaria ninguna labor de reconstrucción importante; Es  decir, está casí tal como fue concebido.

La visita al Castillo es muy interesante y nuestra guia, aparte de encantadora, es una gran conocedora de la historia del castillo por lo que la visita resulta muy entretenida.

Recomendable, también visitar el Museo del Vino, ubicado en los sótanos del castillo.

Desde las almenas se domina toda la comarca quedando a nuestros pies las 4 veras principales:   Pajares, Botijas, Duero y Duratón.- Vista espectacular. El Castillo se considera el punto mas alto de la provincia de Valladolid

También podemos observar todo el casco urbano, con los monumentos mas importantes para ver, Torre del Reloj, Plaza del Coso, El convento de las Clarisas (hoy hotel Spa), Iglesia parroquial etc.

Tras salir del castillo, es recomendable dar un paseo por el pueblo, que por cierto, y sin que sirva de precedente, felicitar a sus gestores públicos por el estado de limpieza de todo el casco histórico. No había un solo papel por los suelos.

Es imprescindible ver la plaza del Coso, la mas antigua de la ciudad.

 

Donde comer:

En la comarca se come muy bien en cualquier sitio.- Su especialidad es el cordero. Estamos cerca de Aranda de Duero y como es sabido, el cordero es de lo mejor.

Nosotros comimos en un restaurante, muy recomendable, que se llama el Restaurante el Molino.  Este, ubicado encima del río, en un antiguo molino con techos abovedados. Sus dueños, orgullosos del edificio, no tendrán ningún problema en enseñarlo.

La especialidad es el cordero, las setas y el pato.  Servicio impecable y bien de precio

 

Alojamiento:

Existen bastantes hoteles y casas rurales bien ubicadas y con bastante buen aspecto.

En nuestro caso, nos instalamos en Hotel AF Pesquera, que pertenece al grupo Pesquera.

Este Hotel, situado en la salida de la ciudad, y con una magnifica vista del Castillo, está construído en la antigua fabrica de harinas. Tiene muy buenos acabados y una atención del personal excelente.

Es un hotel de 4 estrellas pero no está mal de precio.

En uno de los restaurantes existe la posibilidad de una cena con degustación de vinos del  Grupo Pesquera.

En cuanto a las habitaciones, es una pena que todas ellas den a vistas laterales, por lo que el Castillo no se puede ver desde ninguna de ellas, pero no obstante, existe un pequeño mirador en la zona de habitaciones donde uno se puede deleitar mirando el Castillo.

Las habitaciones son amplias y confortables, aunque no entiendo el significado de que la cortina de la ventana se extienda a modo de dosel a lo largo del techo abuardillado, pero esto debe ser cosa de decoradores y para gusto, los colores.

En definitiva, un hotel a recomendar.

VISITA A LA BODEGA PESQUERA

A escasos 6 km de Peñafiel se encuentra el  pueblo de Pesquera de Duero.

Alejandro Fernández, decidió allá por 1971 fundar la bodega Pesquera en Pesquera de Duero, lugar de su nacimiento, creando lo que hoy es uno de los grupos vinicolas de la Ribera de Duero de mayor prestigio, tanto a nivel nacional como internacional, lo que atestigua los numerosos premios y reconocimientos que cuelgan de sus paredes.

La visita a la bodega comienza a las 11:00, es recomendable reservar la visita previamente.

Nos recibe la guia que inicialmente nos presenta el lagar original donde comienza la historia de la bodega  con un breve video presentado por su fundador. El lagar es una construcción, ahora museo, donde podemos ver como se prensaba la uva con los sitemas tradicionales.

Posteriormente, realizamos un recorrido por las nuevas instalaciones, todo en acero inoxidable, para pasar posteriormente a barricas de roble francés.

La guia nos explica un poco la historia de la bodega y de su propietario, al que todos los empleados llaman cariñosamente Alejandro, y la verdad es que impresiona.

Nos encontramos ante un empresario, con un empuje, unas ganas de hacer y una energía envidiable.

Alejandro Fernández mecánico de profesión, decidió en 1971 adquirir un viejo lagar y empezó a adquirir terrenos, en ese momento de cultivo de remolacha, para dedicarlos al cultivo de viñas. Además, y ante el asombro de sus vecinos, creó el cultivo de la viña en espaldera, variando la forma de cultivo que se realizaba en la zona hasta esa fecha. El éxito de esta forma de cultivo fue tal, que se empezó a imitar por el resto de cosecheros.

Es en ese momento cuando nace la bodega Pesquera, con una única premisa, hacer un buen vino huyendo de la quimica y buscando un producto lo mas natural posible y basado siempre en una misma calidad de uva, el tempranillo.

Con la llegada del Consejo Regulador, D. Alejandro se plantea dejar el negocio del vino al comprobar que los nuevos metodos pueden no ser compatibles con lo que son sus principios, pero es su mujer quien le convence de que siga adelante.

En una conversación que mantenemos con D. Alejandro, y después de darle la enhorabuena por su bodega, éste nos dice que la bodega es de su mujer, Esperanza. Ya se sabe, detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, y tras hablar, un buen rato con D. Alejandro, tenemos claro su mujer debe ser igual de entrañable.

Una de las marcas de vino recibe el nombre de Alajairen, en honor a Esperanza, su mujer. Todo un reconocimiento

Una vez consolidada la bodega Pesquera, D. Alejandro procedió a fundar otras tres bodegas mas, Condado de Haza, en la zona de Aranda de Duero, El Vínculo en Campos de Criptana, Castilla la Mancha y por último la Dehesa en Zamora, próxima a Toro pero bajo la denominación de origen de Vinos de Castilla León.

Y por último, hace escasos dos años, siguiendo su visión empresarial procede a rehabilitar una antigua fábrica de harina  construyendo un hotel de 4 estrellas, el AF Pesquera, del cual he hablado en líneas anteriores

En definitiva, un gran empresario con un gran tirón, que demuestra una vez mas que con personas emprendedoras, las cosas funcionan mejor.

En conclusión, he de reconocer que la visita a la bodega ha merecido la pena, primero por conocer a Alejandro Fernández, un impresionante joven de 81 años, ameno, inteligente y  emprendedor, y en segundo lugar, señalar que me he congraciado con los vinos de Ribera, ya que los caldos que hemos probado han sido autenticamente fabulosos.- Mención especial ha sido el Pesquera reserva especial de 2003 el cual estaba espectacular.

 

Salimos de Peñafiel por la carretera VA 213, SG 223 con rumbo hacia Cuellar.

Día de perros, la carretera es una recta inmensa con, teórica visibilidad, pero nos encontramos con una densa niebla que impide ver mas allá de 100 metros.

Circulamos por una carretera de doble sentido pero en muy buen estado.

La distancia hasta Cuellar es de tan solo 29 km, y por el camino pasamos por varias canteras de piedra y atravesamos el pueblo de Campaspero.

Este pueblo, con todas las casas en piedra de la zona, tiene como principal industria la piedra. De hecho, de sus canteras salió toda la piedra para la construcción del castillo de Peñafiel.

Entramos en Cuellar por el norte de la ciudad y tras seguir los carteles identificativos vemos, entre la niebla, la silueta del Castillo.

El Castillo de Cuellar, perfectamente restaurado, pertenece al Ducado de Alburquerque.

Este castillo, construído en el siglo XIII como fortaleza y ampliándose en el siglo XVI ya como palacio de los Duques se puede visitar.

Por el castillo han pasado personalidades tales como D. Álvaro de Luna, Beltrán de la Cueva, María de Molina (que se refugió en él).

A partir del siglo XIX dejó de usarse como palacio para pasar, desde residencia de Wewllington, durante la guerra de la Independencia, a cárcel y posteriormente a sanatorio.

A partir de 1971 es restaurado y dedicado a Instituto de Formación Profesional.

Sigue siendo de propiedad privada aunque su uso está cedido al Ministerio de Educación.

Sin salir de la provincia de Cuellar, tomamos un pequeño desvío siguiendo los carteles, para visitar el Monasterio de Nuestra Sra de Henar.-  Situado a tan solo 5 km del castillo de Cuellar, y en la proximidad de un rio, aparece, rodeado de pinares y chopos, la estructura del Monasterio.

Es un Monasterio regentado por los Carmelitas “calzados”.

De este Monasterio existe abundante información en internet, y publicamos lo que de él dice la Oficina de Turismo

La Oficina de Turismos nos dice que «El Santuario de Nuestra Señora del Henar, situado a unos cinco kilómetros de Cuéllar es el centro de devoción más importante de toda la comarca. Tiene a su alrededor una zona recreativa dotada de distintos servicios para hacer más agradable la estancia de la gran cantidad de personas que acuden durante todo el año en excursiones y en otras fiestas, como la de los resineros, Henarillo, El Carmen, Santiago, etc., además de la romería de Nuestra Señora del Henar que se celebra el domingo anterior a San Mateo, entre el 14 y el 20 de Septiembre.

La imagen de Nuestra Señora de El Henar es una talla del siglo XII, que se venera desde su aparición a un pastor allá por 1580. En el recinto del Santuario se encuentra la Fuente del Cirio, lugar en el que, según la tradición, estuvo oculta la imagen desde la invasión de los almohades hasta la fecha de su aparición.

Pronto se levantó una ermita en honor de la Virgen, que se convirtió en templo en 1664 al incrementarse la devoción mariana.

El pórtico es de piedra con escalinata y triple arco, aunque la fachada ha sido retocada en varias ocasiones. En 1759 se construyó el camarín, el crucero y el claustro adosado a la iglesia. Las pinturas pertenecen a José Micot, destacando la cúpula del crucero, que representa la glorificación de la Virgen María. Son de este mismo artista las pinturas y la decoración de la cúpula del camarín de la Virgen. En él se encuentra también una colección de cobres pintados de la escuela flamenca, pertenecientes a Antón Wolfaert, y de la escuela de Rubens.

La imagen de Nuestra Señora del Henar es una talla policromada románica de principios del siglo XII, retocada en el siglo XVI. Sostiene en su regazo a su hijo como “Sede Sapientiae” y ha sido restaurada recientemente.

Pero además de por su sentido religioso, el Santuario del Henar presenta un gran atractivo desde el punto de vista ambiental, ya que se encuentra enclavado en una pradera arbolada, muy propicia para gozar del campo.»

De nuevo en Cuellar, tomamos la carretera A 601 en dirección Valladolid.

 

Próximo destino, Castillo del Portillo.

El trayecto es de 32 km, pero que se recorren por autovía, por lo que está a menos de 20 minutos.

Tras llegar al Portillo, tomamos la desviación al Castillo y tras una larga pendiente, y atravesando densa capa de niebla, logramos “entrever” el castillo en lo alto de la cima.

La entrada al Castillo cuesta apenas un  euro…. Bastante asequible.

En su interior destaca el pozo de mas de 30 metros de profundidad y la impresionante torre del Homenaje.

Sus orígenes son algo desconocidos aunque se le relaciona con la guerra de los Trastamaras (Enrique vs Pedro I) por el control de Castilla.

En el Castillo estuvo recluido D. Alvaro de Luna hasta su ejecución.

Tras la breve visita, volvemos a nuestros vehículos para nuestro siguiente destino, el Castillo de Iscar

Volvemos a las carreteras comarcales, mas agradables para ir de paseo, y nos dirigimos a Iscar tomando la VP 1202.

El trayecto dura apenas 20 minutos (18 km), pero seguimos envueltos en niebla… Una pena, porque el paisaje debe ser muy bonito.

Llegamos a la ciudad de Iscar y tomamos la subida al Castillo.

Nos encontramos con un recinto amurallado donde sobresale la silueta de la torre del homenaje. Prácticamente todo el castillo está ocupado por la torre.

En el exterior nos encontramos con una antigua catapulta, preparada para iniciar el asalto.

Entramos al interior de las murallas, y al fondo se encuentra una pequeña instalación que alberga la cervecería La Loca Juana.

Dada la hora, pensamos que es una buena ocasión para tomar un café.

Nos recibe Nieves, un encanto; Nos cuenta que, además de trabajar en la cervecería, es historiadora del arte y guía del Castillo.

Le pedimos si podemos tomar un cafetito caliente, el ambiente no es para menos, pero nos dice que café no tiene pero nos incita a probar una cerveza de elaboración propia.-

La verdad, a estas horas y en ayunas, la cerveza se me hace un poco duro, pero aceptamos probar un tipo de cerveza, que nos dice que es la cerveza de Navidad, y he de reconocer que estaba muy buena.

La cerveza, de un color ligeramente tostado, casi caramelo, tiene un sabor algo dulce,  y  “entra “estupendamente. Muy rica.

Tras una animada charla con Nieves, proseguimos nuestro camino, no sin antes recomendar a los amigos moteros, a que institucionalicen la cervecería la Loca Juana como un punto de encuentro. Seguro que les gusta.

 

Dejamos Iscar y nos dirigimos hacia Coca.

Para ello tomamos la SG V 3341 y tras 24 km llegamos a la localidad de Coca.

El Castillo de Coca, no se encuentra encima de una loma, lo que es habitual, sino en el propio pueblo y rodeado por un foso y el rio.

Sorprende su construcción en ladrillo, en lugar de en piedra, y nos comenta el guía que el ladrillo se empezó a utilizar a partir del siglo XV, con la aparición de las lombardas. Motivo.—El ladrillo se rompia en pequeños trozos, absorviendo el golpe de las balas de cañon, lo que lo hacía mejor que la piedra ya que ésta se desplomaba al recibir esos impactos.— Un poco parecido a lo que los vehiculos modernos hacen al deformarse progresivamente para minimizar el daño. (todo está inventado)

El castillo, fue totalmente restaurado entre 1950 y 1960,y  se puede visitar con un guia vestido a la antigua usanza, que nos irá comentando las curiosidades de cada una de las habitaciones.

En la actualidad, está cedido al Ministerio de Agricultura.

Tras la visita, damos por terminado el viaje, y aprovechamos que estamos en tierras segovianas para darnos un homenaje de un buen corderito en un asador de Coca y fin del viaje.